El sol brillaba con fuerza; los pájaros, contentos, cantaban. Mi hermana, Sofía, preparó la mochila; yo recogí las manzanas. En el cesto pusimos sándwiches, zumo, galletas; también fresas frescas.
Salimos de casa muy temprano. Caminamos por un sendero estrecho, rodeado de flores: margaritas, amapolas, campanillas. Vimos una ardilla pequeña, trepando por un pino; era muy graciosa.
Llegamos al río, el agua corría deprisa; era cristalina. Comimos tranquilamente; después, lanzamos piedras al agua. Fue un día increíble.
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